Deberes para miércoles 24 enero

Vosotras, las familiares
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.

¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,  
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
Moscas de todas las horas      
de infancia y adolescencia,      
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,      
que da en no creer en nada,    
en nada.          

¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,      
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!     
Y en la aborrecida escuela      
raudas moscas divertidas,
perseguidas, perseguidas         
por amor de lo que vuela.       

Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,     
sobre el librote cerrado,          
sobre la carta de amor,           
sobre los párpados yertos       
de los muertos.

Inevitables golosas,     
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,           
me evocáis todas las cosas.

Antonio Machado




El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá?
Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!


Rafael Alberti

Comentarios

Entradas populares de este blog

TEMA 1 MATEMÁTICAS NÚMEROS NATURALES

100 Generations - Song for the Earth VALORES